El Churo sembró el Ojo Semilla en dos cantones del Ecuador: Rumiñahui y Saraguro. Esta siembra es especial, porque quienes participaron de este proceso fueron todas mujeres. Ellas le dieron forma audiovisual a dos temáticas que merecen ser contadas y transformadas como son la violencia y el derecho a decidir.

Alrededor de 50 mujeres, de estos dos cantones, compartieron sus experiencias, historias de vida y resistencias individuales y colectivas frente a la violencia. Durante tres meses de trabajo se hicieron actividades lúdicas pero también desde la sanación y la reflexión, bajo la práctica feminista de la sororidad, la contención y el empoderamiento colectivo.

En este recorrido de Ojo Semilla, estuvieron mujeres lideresas de Saraguro, parte organizaciones como CORPUKIS (Coordinadora de orLas Luchadorasganizaciones del pueblo kichwa Saraguro), Chaski Warmikuna, Warmikunapak Rimana, Casa de la Juventud Mashi Pierre, Red de Jóvenes Interquórum; mientras que en Sangolquí, participaron actoras del Consejo de Protección de Derechos de Rumiñahui, COPRODER. Con estos procesos se hicieron animaciones, y un video clip que hablan de los derechos sexuales y reproductivos, especialmente el derecho a decidir de manera autónoma y garantizada, sobre maternidades dignas, informadas y elegidas.

Proceso en Saraguro, durante grabación Video clip «Sombrero Blanco»

A pesar de la diferencia de contextos: por un lado Sangolquí en el que las actoras fueron mujeres urbanas y de barrios rurales, y por otro, Saraguro donde, la mayoría fueron mujeres lideresas indígenas y de comunidades rurales, ambos territorios se juntaron en un hilo común, que fue el aportar a través de sus relatos e historias a visibilizar la violencia naturalizada y reproducida, con el objetivo común de trasformar sus contextos y el de otras mujeres.

El proceso en sí mismo significó una trasformación en la vida de las mujeres como lo cuenta Sisa Contento, joven indígena Saragura. La historia de Sisa está marcada por una maternidad temprana, pero también por su motivación y liderazgo dentro de su comunidad; la actual Dirigente de Jóvenes de ECUARUNARI menciona: “en nosotras está parar estos círculos de violencia, romper estos círculos, romper estas cadenas, que la violencia no sea natural en nuestra sociedad. Los talleres en Saraguro ha sido un paso para abrir los ojos y decir hasta aquí, ¡ya basta!”.

En el mismo sentir se encuentran las mujeres en Sangolquí. Martha una mujer jubilada, que asiste a una Iglesia de la localidad y que fue criada en un contexto conservador, siempre estuvo abierta a participar en el proceso. Tras los talleres, logró identificar en ella una práctica feminista de empoderamiento; nos relató su experiencia como la primera mujer en ocupar un cargo de dirección en una institución masculinizada, su presencia, permitió a otras mujeres accedan luego a este espacio. Martha expresó que el proceso de Ojo Semilla: “Cambio mi forma de pensar, para tratarle de otra manera a mi nuera, no culparla, comprender porqué suceden o porqué de sus decisiones y respetarlas”.

Mujeres de Sangolquí durante taller

Tras los talleres y la producción audiovisual, se hicieron cine foros, donde las mujeres participantes mostraron su trabajo pero además, las producciones motivaron discusiones profundas entre otras mujeres, y en sus comunidades. Con los cine foros se busca que la audiencia mire las producciones, para que les permita continuar discusiones sobre las violencias, la interrupción voluntaria del embarazo, la educación con enfoque de género, el respeto a la diversidad, el feminismo,; que les permita repensarse y ojalá transformarse.

En adelante un resumen de los cortos elaborados por estas mujeres semilla:

Sombrero Blanco

Sombrero Blanco es una canción costumbrista presente en todas las fiestas de Saragura, cuyas letras y contenidos son machistas. Por ello, fue seleccionada por las mujeres del proceso de cine y audiovisual Comunitario Ojo Semilla, para ser reescrita, impregnándole un significado más reivindicativo sobre las mujeres, sus derechos, y el derecho a decidir sobre sus cuerpos.

Carmen

Carmen es una mujer alegre. Su sonrisa tranquila guarda un mundo de historias, conocimiento de las plantas y el cuerpo de las mujeres. Ella es partera y abraza con orgullo, el conocimiento ancestral heredado de otras mamas, que lo acompaña. En esta producción, ella reflexiona sobre la maternidad digna, que no pudo vivir, pero desea que sea una realidad para otras mujeres.

Loli:

Lola es una mujer empoderada de sus derechos y una actora visible dentro de su Cantón, Promotora de Salud y de los derechos. Ella identifica varias acciones feministas a lo largo de su vida. Alguna vez le toco enfrentar de cerca un caso de violencia sexual a una niña, ella acompañó el proceso y se empoderó de esta lucha. Desde su ser mujer, creyente y feminista Loli entiende que la violencia y las maternidades forzadas en niñas: “No son voluntad de Dios”.

Berta:

Berta es una mujer lideresa, emprendedora, de raíz campesina. Ella puso un alto a la violencia, buscando la autonomía económica. Es una defensora de los derechos y en su comunidad promueve la organización barrial y las discusiones sobre violencia de género, el emprendimiento, la autonomía. Esta es la motivación que comparte a otras mujeres con las que se organizan, y tejen redes de apoyo y sororidad. Descubrió el feminismo en su práctica diaria de empoderarse y empoderar a otras mujeres.

 Mujeres de Saraguro durante uno de los talleres